¿Qué debo hacer para que mi equipo alcance los objetivos y llegue al alto rendimiento?  El líder debe conducir, anticipar y direccionar, y el camino no siempre es tan claro ni tan sencillo. Esta es la primer gran preocupación del nuevo líder.

La segunda pasa por saber si las acciones que está implementando son bien receptadas por el equipo, si la manera de conducir, el modo de direccionar al equipo es bien visto y es el adecuado.

La preocupación consume mucha energía y en muchos casos bloquea y paraliza al nuevo líder. El ejercicio de influenciar a las personas ofreciendo dirección y recursos tiene que estar “afuera” de la cabeza del líder. De nada sirve contar con un líder que todo el tiempo esté “dentro” de su cabeza intentando encontrar fórmulas milagrosas que le garanticen el éxito y el disfrute. El estilo del nuevo líder tiene que estar definido por acciones concretas y esas acciones deben responder a las tres dimensiones que hemos citado en el capítulo inicial de esta trilogía (productividad, clima grupal, desarrollo individual).

El nuevo líder primariamente debe definir acciones concretas (qué-hacer) en relación a la Productividad del Equipo. Estas acciones pueden ser fijar objetivos, definir funciones, determinar estrategias, optimizar la competitividad interna, progresar en cuanto a la cultura laboral, sistemas de recompensas, etc. Este es el primer foco del nuevo líder.

Luego de apuntar y direccionar la Productividad del Equipo, el nuevo líder debe incorporar la segunda dimensión: el Clima Grupal. Para ello también debe definir acciones concretas. Estas acciones pueden ser el planteamiento y cumplimiento de normas internas, espacios de cohesión social, generar espíritu y cultura de equipo, fomentar la cooperación y solidaridad, estimular el disfrute laboral y el disfrute extra laboral, etc. Este será el segundo foco del nuevo líder.

Finalmente el nuevo líder deberá enfocarse en la tercera dimensión del liderazgo: el Desarrollo Individual. Garantizarse que todos y cada uno de los integrantes del equipo aporten su máximo rendimiento, disfruten de los desafíos y tengan visión dentro del equipo y de la organización. Acciones como diseñar planes de desarrollo, planes de carrera, entrenamientos de habilidades, programas de capacitación interna y externa entre otras, se asocian a esta dimensión.

Al enumerar las acciones seleccionadas y definidas para atender a la Productividad del Equipo, al Clima Grupal y el Desarrollo Individual el nuevo líder tendrá frente a sí, su PLAN de LIDERAZGO. Bienvenido el Plan!!! De esta manera un gran intangible como es el Liderazgo comienza a transformarse en acciones concretas, coordinadas y orientadas a conseguir rendimiento y disfrute. Ya tenemos resuelto Qué hacer.

Vamos ahora por Cómo hacerlo. El nuevo líder encontrara a disposición muchas herramientas tradicionales y muchas herramientas innovadoras para influenciar más positivamente a su equipo. ¿Qué le recomendamos? ¿Cuáles son las herramientas que debe utilizar?

Sugerimos hacer foco en dos herramientas que lo acompañarán a lo largo de todo el ejercicio de Conductor: la entrevista personal y la reunión grupal. Estas dos herramientas tradicionales aplican perfectamente a las tres dimensiones (Productividad, Clima y Desarrollo Individual) y generan resultados muy positivos.

No recomendamos que sean las únicas herramientas dentro del repertorio de recursos del nuevo líder, pero si las primeras y principales. El secreto en la implementación de estas herramientas de influencia reside en entrenarlas todo el tiempo. Conocer sus fundamentos, reparar en la preparación previa a la implementación y el entrenamiento continuo optimizan el efecto de las mismas.

Si el nuevo líder logra enfocarse en diseñar un PLAN acorde a las dimensiones antes mencionadas, y comienza un entrenamiento en el dominio de las herramientas aquí citadas lograremos cambiar la incertidumbre y la preocupación inicial por el disfrute y el placer de influenciar y direccionar a equipos y personas.